Desde hace algún tiempo en Venezuela, los canales de distribución de los productos financieros ofrecidos por la banca tradicional se han ido reducido progresiva y considerablemente a los canales electrónicos. ¿Sino está de acuerdo con esta afirmación solo recuerde cuando fue la ultima vez que pagó o cobró un cheque, realizó un deposito o retiro de bolívares en efectivo en la taquilla de una agencia bancaria?
A esto se suman las medidas adoptadas por varios países para enfrentar la pandemia de Coronavirus COVID-19, entre estas medidas se encuentran la cuarentena, distanciamiento social, reducción de horarios de trabajo y hasta teletrabajo.

Entre tanto, cada día cobra mayor auge la prestación de diversos servicios financieros globales bajo ambiente Fintech que involucran el uso de nuevas tecnologías como Blockchain, tales como los “money transmitter”, plataformas procesadoras de pago en nombre de terceros, billeteras digitales, wallets entre otros. Más directamente la banca fiduciaria tradicional ha venido acogiendo esta tendencia que permite a las personas el acceso rápido, eficaz y eficiente a los servicios financieros de manera online, sin necesidad de acudir personalmente a oficinas bancarias, tampoco realizar entrevistas personales con el cliente para la apertura de cuentas.
Estos servicios financieros, tecnológicos y sobre todo disruptivos basados en protocolos como P2P, P2C, C2P, implementan mecanismos idóneos y de vanguardia tales como la verificación positiva de identidad digital, atendiendo a las recientes recomendaciones contenidas en la guia del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) en materia de identidad digital publicada en marzo de 2020, respecto de la cual desarrollaremos un artículo posteriormente.
Estos procesos incluyen, mecanismos de verificación de identidad biométrica (reconocimiento facial, reconocimiento del iris, reconocimiento de huellas dactilares, así como también autenticación y validación de documentos de identidad personal, tales como pasaportes, licencias de conducir, Cédulas de Identidad entre otros). Todo lo anterior, cumpliendo además de los estándares internacionales antes mencionados, con recomendaciones de Organismos Internacionales como FINCEN, el cual ha presentado recomendaciones relacionadas con el creciente uso de nuevas tecnologías (NT).
Nos encontramos entonces, frente a la cuarta revolución tecnológica y financiera, que ha llegado para quedarse y ha cambiado radicalmente la forma de la prestación de los servicios financieros y criptofinancieros a nivel global, permitiendo a los ciudadanos ser su propio banco, disponer de su dinero en el momento en que lo deseen, sin horarios bancarios, días feriados, y sobre todo a bajo coste, bajo un entorno descentralizado pero con reglas de cumplimiento acordes al ecosistema, automatizado y 100 % en línea.
Para concluir, queda claro que el uso de las nuevas tecnologías financieras antes descritas definió el antes y el después de la banca, de cara a una economía globalizada y adaptada a los tiempos que actualmente viven las sociedades modernas y a sus necesidades, podemos decir entonces que hoy tu banco es tu teléfono celular inteligente o Smartphone.
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